La dinámica cotidiana a las grandes urbes aleja el sentido de los seres humanos de habitar un lugar donde la vista alcance un límite y la imaginación sea nula. Los habitantes se apoderan de la ciudad dejando huella con sus desperdicios, que sirven como adorno a la gran mancha urbana que es la ciudad de México en donde la vida se vuelve una rutina que pierde sentido, donde el traslado de un lugar a otro se convierte en una forma de vida intrínseca.


::::PASADO::::

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